Hablar de la Iglesia es también hablar de la misión que la misma tiene en la tierra. Para poder hablar de la Iglesia y de su misión, hay que estar consciente de la responsabilidad que eso involucra. Es decir, tener un estilo de vida que se coadune al que Cristo pide et tener un testimonio digno de un miembro del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Crecí en un hogar cristiano en un pueblo llamado Upata en el país de Venezuela. Upata, es uno de esos pueblos pequeños y coloridos. Crecí viendo a mis padres sirviendo al Señor. Me familiaricé mucho con la vida de la iglesia y su lenguaje. He tenido el privilegio de viajar, el que me permitió conocer otras culturas y otras iglesias. Todo eso desarrolló en mí una dimensión mayor de lo que es el Cuerpo de Cristo. Cierto que la forma y el contexto cambian, pero la esencia sigue siendo la misma.
En el año 2017 decidí salir de Venezuela. Tenía varias opciones donde inmigrar, pues la situación de Venezuela es muy precaria. La intención no era solamente salir de Venezuela, pero también servir el Señor donde Él nos llevara. No estaba claro donde iríamos, pero una vez más el Señor se manifestó y Perú fue nuestro destino. Deseábamos hacer la voluntad de Dios y no seguir nuestros intereses personales.
Hablando del tema de la Misión de la Iglesia, no podemos dejar de hablar sobre la fe; en el libro de Mateo 28:19 está el gran mandato que hasta la Iglesia Católica en su desenfoque ha querido participar. En mi opinión, no es cuestión de religión sino de obediencia y de fe. Esto me lleva a meditar en el verso anterior v18b TODA POTESTAD ME ES DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA. Este mandato dado por el mismo Dios, manifiesta su mismo poder y soberanía sobre todo lo que existe tanto en lo que vemos como en lo que no vemos. Dios tiene las llaves que abren y cierran puertas, y ha dado a la iglesia el privilegio de extender este hermosísimo evangelio, con la responsabilidad y peso que eso involucra. Nuestro deber es enseñar a guardar todo lo que él nos ha mandado. La terea de la iglesia es simplemente cumplir con eso mandato, o sea la misión de la Iglesia. Cómo y dónde hacerlo, Dios también lo dirá, pues que la obra es suya. Nosotros también le pertenecemos, pues lo amamos y le seguimos.
¿Tenemos a una iglesia en medio de una crisis o una crisis en medio de una iglesia? Una pregunta que puede saltar desde las bancas del templo o desde las plataformas que usamos ahora para congregarnos. Es una pregunta que nos puede retar y que la respuesta la podemos encontrar en la palabra de Dios. Aunque la barca se mueva con gran fuerza asustando a los tripulantes, Dios sigue en control y calmándonos. No podemos negar la tempestad o la crisis porque es real. La misma nos tomó por sorpresa y también como los discípulos de nuestro Señor Jesús, nos llevamos las manos a la cabeza, le llamamos y Él en su calma, nos hizo calmar en medio de la crisis y esto nos ha dado la fuerza para avanzar. Somos una pequeña iglesia de tres años que está en crecimiento en un sector del cual muchos no hablan bien el español. A nosotros se nos ha dado el privilegio de sembrar esta poderosa semilla del evangelio de Cristo. Poner en acción la misión de la iglesia en un contexto de crisis ha sido duro, y aún más a causa de cada una de las restricciones que hoy existen por la pandemia. Somos un pueblo caloroso que busca amor et darlo; no podemos expresar ese amor en un abrazar… ¿Cómo decirle a la gente que Dios sigue siendo Dios cuando las circunstancias lo niegan? Hemos estada aprendiendo en medio de todo esto, y hemos estado viendo como la misma mano de Dios nos ha sostenido. La experiencia que tenemos, es que el lugar pequeño donde nos congregábamos que era la sala de la casa de unos hermanos, ya no se podía utilizar por razones de pandemia y cuarentena. No podíamos ni salir de casa, entonces el mejor recuso fue la oración y esperar la dirección de Dios. Comenzamos a trabajar con las herramientas tecnológicas que conocíamos, tratando de hacerlo simple para que todos pudieran participar. Vimos como Dios hizo la integración de todos además de otros que se agregaron. Dios es maravilloso… El evangelismo lo hacemos utilizando la misma plataforma, creando un grupo discipular llamado A.E.S (Atención Espiritual Social). Estas mismas personas fueron beneficiadas con alimentos cada semana por más de tres meses, hasta que ya la gente podía volver a sus trabajos. Aplicamos el evangelio integral en la comunidad donde estamos. Comenzamos a congregarnos en un parque al aire libre. Tuvimos que luchar contra la distracción del lugar, pero mismo así, el Señor nos ha traído personas interesadas en su restauración familiar.
Nos llamamos Misión Bautista Gracia y Verdad.
En estos tres años que recién hemos cumplido, hemos visto bajar a las aguas del bautismo a 12 personas convencidas que JESUS ES EL SEÑOR Y QUE EN EL HAY SALVACIÓN. La iglesia local, la madre, también tuve que adaptarse a las mismas dificultades que vivimos en estos tiempos de pandemia. Dios nos ha dejado claro que los templos no son el objetivo último. La razón de la Iglesia, El cuerpo de Cristo, es poner en práctica la misión y llevar el evangelio a cuantas más personas posibles, afines que puedan gozar por la eternidad en el cielo.
La manera de hacer discipulado ha cambiado. Ha sido todo un desafío de pasar de la sala de la casa hacia un hospital, a una larga conversación telefónica, o en otros casos un acompañamiento en el lugar de trabajo, hablando de como conocer más del Dios a quien adoramos.
Creo firmemente que la iglesia debe transformarse y avanzar, poniendo en práctica la misión de una forma integral. Los aspectos de la vida cotidiana no deberán estar ajenos a ella, donde por ejemplo, sea costumbre organizar grupos de limpieza para dejar las calles limpias, secar las lágrimas de aquel corazón que necesita consuelo en estos tiempos especiales, donde tenemos que ser astutos para saber aprovecharlos siempre que posible y, así alcanzar la meta del llamamiento de ir y hacer discípulos.
Que afortunados seremos cuando escuchemos como iglesia decir: «Ven buen y fiel siervo, sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor» Mateo 25:23.
Termino concluyendo con la respuesta a la pregunta anterior si ¿tenemos una iglesia en medio de una crisis o una crisis en medio de una iglesia? En mi perspectiva y por lo que me ha tocado vivir, mi respuesta es que hay una iglesia en medio de una crisis global donde ella misma ha contado con la asistencia de Dios, quien tiene toda potestad tanto en el cielo como en la tierra. Seguiremos avanzando con la misión de Iglesia que es el cuerpo de Dios, haciéndola de manera totalmente integral en la vida de quienes nos rodean. DIOS HACE COSAS QUE TRANFORMAN Y SU SOBERANIA ES SOBRE TODOS.
For Reflection and Discussion:
- ¿Qué obstáculos ha tenido que superar su iglesia en un intento de estar fuera de los muros tradicionales de la iglesia?
- ¿Cuáles son las formas prácticas de hacer misión de manera integral para que sean parte de la vida diaria?
- Reflexionando sobre el último año y medio, ¿su iglesia ha sido una iglesia en medio de una crisis o ha tenido una crisis en medio de su iglesia? ¿Qué lecciones se pueden aprender al evaluar honestamente su respuesta al COVID-19?