Un estilo de vida sencillo
Se ha hecho habitual para los seguidores de Cristo el encuentro, con ocasión del nacimiento de Jesús, con la opción de vida sencilla.
Esta opción sugiere, a quienes lo entienden, que María dio a luz a su primer hijo, el Hijo de Dios, no en un lugar de ostentación ni opulencia sino, debido a que no hubo espacio disponible en el mesón, en un pesebre, un establo, o una cueva, depende de la tradición que sigamos. Allí, en este precario rincón, el niño Cristo fue acogido y cuidado. María lo envolvió en “telas de envolver” (Lucas 2:7).
Para ilustrar lo modesto del nacimiento de Jesús, el compositor William Dix resumió su creativa imaginación al componer el popular villancico “¿Qué Niño es éste?” en que el autor coloca bueyes y asnos en la escena del nacimiento. Había sido el profeta Isaías quien escribió: “El buey conoce su amo y el asno el pesebre de su señor; pero Israel no sabe; mi pueblo no entiende” (Isaías 1:3). Aún hoy en día son muchos los que no reconocen el Dios que hizo su aparición en carne en Belén en Navidad. Sin embargo, los pastores que se presentaron en el lugar humilde del nacimiento de Jesús pueden ser entendidos como quienes reflexionan el eco del dicho de Isaías: ellos se regocijan en el encuentro con quien ellos reconocen como su Salvador! Aquel Niño que nació en tan mísero lugar no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse (Filipenses 2:6). Él vino al mundo en un momento crucial sembrado con desafíos y oportunidades de vida.
Por medio de la sencillez del lugar en que Jesús entró en el mundo y por la forma de vida que Jesús eligió nosotros podemos aprender lo deseable de un estilo de vida sencillo. Este modo de vida es presentado como un modelo para nosotros por los autores de “Consejos y preguntas – la guía preparada en Gran Bretaña para la Asamblea Anual de la Sociedad Religiosa de los Amigos (Cuáqueros): “Trate de vivir sencillamente. Un estilo de vida sencillo escogido libremente es una fuente de fortaleza. No seas movido a comprar lo que no necesitas o no puedes pagar.”
En nuestro mundo materialista en donde el patrón de consumo de la gente es con frecuencia considerado como un indicador de su éxito, el desafío de vivir sencillamente puede ser fácilmente ignorado. Al contrario, el compromiso con el estilo de vida sencillo es consistente con el ejemplo de nuestro Señor Jesús cuya entrada al mundo se hizo sin las comodidades que se consideran básicas, y cuya forma de vida no mostró señales de obsesión materialista.
Una sencillez voluntaria ayudaría a limitar el creciente abismo que subraya la problemática social y económica de la inequidad en nuestro mundo globalizado. Y reduciría también el impacto negativo de la actividad humana en lo medioambiental.
Este año, al celebrar el advenimiento de Jesús -el milagro de Dios apareciendo en la forma de un ser humano – la contemplación de las circunstancias del nacimiento de Jesús podría reafirmar la convicción de optar por un estilo de vida sencillo. Si esto ocurriera en estas fechas, cuando los promotores de una vertiginosa cultura consumista buscan maximizar sus ganancias, nosotros nos podríamos aliviar de la ansiedad que está asociada al sobre-gasto. Cuando determinadamente elegimos la vida sencilla, nos abrimos la puerta hacia senderos de paz hasta hoy inexplorados y hacia un gozo abundante que nunca antes hemos experimentado.
Si Dios mismo se muestra en lugares tan sencillos, elige vivir sencillamente y que tengas una bendecida Navidad! /////////
Neville Callam
Secretario General de la
Alianza Bautista Mundial
(Traducido al Español por Josué Fonseca)