Esperanza inspirada por el Esp�ritu
La urgente necesidad de proclamar el Evangelio a todas las personas en todas partes est� en el centro de la visi�n de los Bautistas. Una variedad de medios leg�timos son usados en la proclamaci�n; sin embargo, no existe debate en torno al fin que se tiene. Esto es, el cumplimiento de la voluntad de Dios para la salvaci�n del mundo.
Los seguidores de Cristo saben que ellos, y los cuerpos eclesi�sticos en que ellos participan, tienen una incuestionable responsabilidad de extender las Buenas Nuevas de lo que Dios ha hecho en Cristo Jes�s. La insistencia en desentenderse de esta tarea es una se�al de la forma en que vivimos aparte de de la vida que en la que hemos sido bautizados. Cuando los creyentes en Cristo participamos del privilegio de compartir el Evangelio, descubrimos que es una maravillosa fuente de gozo. De hecho, se nos dice que en los cielos hay reverberaci�n de gozo cuando una persona, que recibe las Buenas Nuevas, se vuelve a Cristo en arrepentimiento (ver Lucas 15:7,10).
Nunca subestimemos la relaci�n entre la obra del Esp�ritu y el esfuerzo humano
para llevar el testimonio de Cristo. Porque el Esp�ritu por su misma naturaleza apunta a Cristo y porque la iglesia es la comunidad en la cual el Esp�ritu est� presente ?como los eventos del D�a de Pentecost�s nos lo recuerdan- a toda la comunidad de la iglesia le es dada la vocaci�n de evangelizar al mundo (Marcos 16:15; 1� Pedro 2:9). Adem�s, el Esp�ritu Santo da tambi�n dones especiales para empoderar a los disc�pulos de Cristo a fin de cumplir su vocaci�n como evangelistas (Efesios 4:11).
Cuando la iglesia y su membrec�a cumplen su responsabilidad como testigos de Cristo, el Esp�ritu Santo bendice su trabajo, habilit�ndoles para producir fruto. Cuando predicamos el Evangelio en una congregaci�n, cuando compartimos con nuestros amigos y conocidos los relatos de nuestra transformaci�n de vida al encontrarnos con Cristo, y cuando ayudamos a las personas a ver el rostro de Cristo por medio de nuestras acciones de misericordia y amor que les gu�an a su empoderamiento, el Esp�ritu Santo est� en plena acci�n en nosotros. Y cuando la gente recibe la palabra del Evangelio y tiene la experiencia de la nueva vida en Cristo, el Esp�ritu est� obrando (Juan 3:5-8; 1� Tesalonicenses 1:4-6). No nos sorprende, entonces, al recordar los eventos del D�a de Pentecost�s (Hechos 2) que nuestros corazones se llenen de gozo.
Cu�n endeudados estamos con el Esp�ritu Santo por medio de cuya obra muchos han encontrado su senda al lugar donde ellos han experimentado el amor de Aquel que ellos reconocen como su Se�or!� Cu�n agradecidos estamos al Esp�ritu Santo por concedernos el don de la esperanza para que nos acerquemos al futuro con una confianza que es suficientemente firme para acallar la horrible resonancia de esta �poca sin esperanza!
Ven Esp�ritu Santo! Te necesitamos.
Невилл Каллам
Генеральный секретарь
Алианса Баутиста Mundial
(Traducido al Espa�ol por Josue Fonseca)
Baptist World Alliance�
� May 7, 2013